"Si siempre haces lo que siempre has hecho, siempre obtendrás lo que siempre has conseguido."
Esta es una buena idea para empezar, porque realmente te reta a cambiar. Lo que quiere decir esta presuposición de la PNL es que si el resultado que estás obteniendo, como el comportamiento de tus hijos, no es lo que quieres, entonces debes cambiar tu propio comportamiento para obtener un resultado diferente.
Tendemos a pensar como padres que es su comportamiento lo que debe cambiarse y seguimos regañándolos, gritándolos y haciéndolos enojar.
Entonces te propongo una nueva forma de pensar.
Hacer algo diferente.
Si haces algo diferente, obtendrás un resultado diferente. -Padres Extraordinarios.
La primera forma de hacerlo es decidir qué resultado deseas. Podría haber varios resultados, como que los niños hagan lo que se les dice, que no arrojen cosas, griten, etc.
Piensa en una situación que ocurre con frecuencia en tu familia que te gustaría cambiar
Quiero cambiar……….
Ahora piensa en lo que te gustaría que sucediera. ¿Cuál es tu resultado deseable?
Lo que quiero que pase es .........
Cuando decides qué resultado deseas, necesitas ser bastante específico y llegar al detalle. ¿Qué es exactamente lo que quieres, de quién, cuándo y de qué manera?
Quiero que…..
Cuanto más específico seas acerca de lo que quieres que suceda, más fácil será decidir cómo cambiar lo que estás haciendo actualmente para lograrlo.
Tu patrón de comportamiento actual es dictado por tus creencias. La razón por la que estás gritando o usando las palabras que estás usando, diciéndole que haga ciertas cosas es porque tienes la creencia de que es importante que haga lo que le pides.
Esta creencia proviene de tu propia infancia y de cómo fuiste criado, lo que consideras que es valioso e importante sobre cómo educar a los niños. Esto también puede provenir de las costumbres de la cultura de la que eres, del área o región y de con quién pasas el tiempo en tu entorno.
Si lo que estás haciendo no funciona, mira la creencia subyacente de este comportamiento. ¿Estás seguro de que tu creencia subyacente es sólida? ¿Podrías estar llevando al presente una creencia que pertenece al pasado?
Repasa la situación sobre la que has escrito y enumera todas las creencias que sustentan tu pensamiento.
¿Qué tienes en mente acerca de lo que debería suceder en esa situación?
Creo que ............
Creo que ............
Creo que ............
¿De dónde vienen esas creencias? ¿Son válidas para ti hoy? ¿Te están sirviendo bien o te están haciendo la vida más difícil? ¿Podrías reconsiderar una creencia para poder tomar otras decisiones de comportamiento?
Cada vez que te encuentres pensando 'Debería ...' - cámbialo a 'Podría hacerlo ...' para que te permitas hacer algo diferente. ¿Tus creencias limitan tus elecciones de comportamiento?
Aumenta tus opciones y cambia tu comportamiento para obtener el resultado que deseas.
Esto es, por supuesto, un excelente desafío para los niños. ¿Con qué frecuencia repiten el mismo comportamiento, obtienen el mismo resultado y desearían tener otro?
Ellos tienen las mismas opciones que tú.
Pregúntales qué quieren que suceda en la situación y pídeles que lo describan en detalle, incluso actúen si eso ayuda. Luego, pregúntales qué podrían hacer de manera diferente para que este resultado les suceda. Comenta con ellos sus diferentes opciones y qué probabilidades hay de que cada una produzca el resultado que desean.
Este proceso requiere que te pongas en la piel de las otras personas involucradas en la situación en lugar de simplemente mirarlo desde tu punto de vista.
Esta es una herramienta enormemente poderosa que pueden aprender cuando son pequeños y aplicarla durante toda su vida.
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